Vaya por delante que Depeche Mode ha sido (y parece que vuelve a ser) la banda de mi vida, solo por detrás de Talk Talk y The Cure. Vaya por delante, también, aunque algo más atrás, que desde su álbum Ultra dejé de sentir nada al hacerlo con ellos. Algún polvo suelto como Precious y poco más. Su giro rockero, más industrial, distorsionado, político, sin dejar la oscuridad que tanto me enamoró con Black Celebration, por ejemplo, hizo que sus nuevos discos, aunque esperados, me provocaran más desidia que deseo. Pero ha llegado esta nueva etapa, donde el cuarteto y, por desgracia, después trío, con la salida de Alan Wilder, ya como dúo, también por desgracia, ha vuelto a hacerme lubricar. Porque Ghosts Again es una gozada, lo mires por donde lo mires. El adelanto de Memento Mori, su nuevo trabajo, no es nada nuevo; no han inventado la polvora; no han roto esquemas; no son motomamis ni Björk, afortunadamente. Son Depeche Mode, suenan a los Depeche Mode de finales de los 80 y primeros 90; suenan a New Order o a Carolina Durante, lo que tú quieras, pero la canción es un trueno de estrofas cortas, sencillas, melodía casi ridícula, como diría un gran amigo mío, que han conseguido elevar a lo más alto de la delicada oscuridad del pop hecho por ellos y por el que bebimos los vientos en Violator.

Con Depeche Mode (vamos al grano) uno siempre tiene la sensación de que hay que estar justificando cada comentario en redes o páginas de música. Después de Ultra por negativos y ahora, con el nuevo single, por positivos. Y es que el postureo alrededor de la banda es importante; sus fans más fieles y radicales, se toman todo como muy a pecho. Si las críticas, en su mayoría, fueron negativas con sus úiltimos trabajos, el hacerse valer como fan número uno significaba analizar los mismos desde el prisma del que más sabe de ellos, del que duerme en la cama con ellos; al que no hay que rebatir porque su lema es: «¿y tú que sabrás, mierdecilla?». La prepotencia y la chulería ciegas del radical que no acepta que le toquen los huevos aunque, en el fondo, muy dentro de sí, sepan que la mayoría de los mortales llevan razón. Y ahora vemos cómo muchos de esos fieles les achacan falta de riesgo, novedad, poca creatividad, más de lo mismo ¿? Y todo porque a la mayoría de nosotros la canción nos ha (en mi caso) enloquecido. ¿No era un grupo que dejó claro que quería ser de masas? Parece que ahora duele que así sea. No hay fans tan radicales en el universo pop/electro/rock que los de este grupo. Ni los de Madonna…

Y luego están los no tan fans, o ex, que se meten con su físico por el hecho de parecer muy mayores. He visto decenas de comentarios de ese tipo; decenas en los sitios que yo controlo. Viejos, acabados, seniles…tíos con más de 60 años por cuyo cuerpo ha circulado de todo lo peor. Yo, que he llamado a mi adorado Robert Smith «tía Roberta» jamás diría que están acabados o demasiado viejos para hacernos vibrar en sus conciertos o con sus canciones, como es el caso. Gore parece haber sido envejecido a posta en el videoclip porque al verle en algunas presentaciones en directo se le nota fresco y lozano. Dave sigue girando sobre sus zapatos y bailando como siempre.

El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, pero para desgracia de muchos devotos; para terror de esos «expertos» que van en contra de la turba, su vuelta está siendo justo lo que muchos esperábamos desde hace años. Y no los compares con nada ni con nadie que te caen hostias como panes. Muy poco sentido del humor, señoras y señores. Más follar con ellos y disfrutarlos si así lo considera cada ser y dejad al resto de los mortales en paz y pensando lo que quieran. Porque todos vamos a morir algún día, los radicales lo hacen antes.

¿Intocables? Venga ya…

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